lunes, 22 de septiembre de 2014

El mito de los pies 'sexys'

Los pies pasan al furgón de cola de las zonas erógenas. Suben enteros las manos (para ellos), la parte inferior de la espalda (para ellas), el contorno de los hombros y la parte interior del cuello. Y así llegamos a las orejas, y por supuesto a los labios, tan irresistibles para los hombres como para las mujeres.
Hasta aquí, algunos de los descubrimientos del estudio 'Informe sobre el tacto íntimo: zonas erógenas y organización somatosensorial cortical'. Lo publica esta misma semana una revista especializada en neurociencia, la 'Cortex', y viene rubricado por la universidad británica de Bangor y la universidad surafricana de Witwatersrand.
En el estudio participaron 800 hombres y mujeres de las islas británicas y del África subsahariana. Los encuestados recibieron un muestrario de 41 partes del cuerpo humano, con la misión de ordenarlas de mayor a menor por su "intensidad erógena" al tacto o al contacto.
Los órganos genitales empatan con los labios en el 'ranking', seguidos obviamente por los pechos (para ellos) y los pezones (para ambos), y a cierta distancia por el culo. A ellas les atrae la entrepierna masculina más de lo que se pensaba. Ellos encuentran más erótica la parte exterior de los muslos femeninos.
Unos y otros (tres de cuatro) coinciden sin embargo en mostrar su desdén por los pies, y ahí es donde los neurocientíficos admiten haber pinchado en hueso durante años. La creencia más acendrada hasta ahora era la defendida por el doctor Vdilayanur Ramachandran. A saber: los pies son 'sexys' por la proximidad de sus sensores al de los genitales en la corteza somatosensorial primaria.

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