viernes, 28 de agosto de 2015

Porno amateur: sueños rotos de un país en crisis

Tiene 32 años y es su primera vez. No es la primera que se desnuda ante un desconocido a cambio de dinero, pero sí ante miles de personas que consumirán a través de internet, una y otra vez en un bucle inagotable, las imágenes de su cuerpo desnudo.
Ayesa dice que el mundo del porno la atraía desde hacía tiempo. Por fin ha dado el paso, pero lo ha hecho azotada por tres años de desempleo, en los que ha podido subsistir “gracias a mi familia y las ayudas del Estado”. Con tres niños a los que mantener, reconoce que “la situación en los últimos tres años ha sido muy complicada” y que se ha terminado lanzando por necesidad. Por 150 euros. Atrás quedan los trabajos de camarera, masajista erótica y un negocio en quiebra. El primero paso en su busca de la fama ya está dado: va a hacer su primera escena de porno amateur.



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